miércoles, 13 de mayo de 2015

CRISIS DE LA PESCA DE SARDINA EN MARGARITA




Hasta el año 2003, la producción pesquera venezolana fluctuó entre 527.364 y 597.148 toneladas métricas (Tm), de las cuales alrededor del 70% aportaba la pesca artesanal. Desde el punto de vista de la captura anual, la especie más importante es la sardina Sardinella aurita, porque constituye la materia prima de una industria conservera con 80 años de funcionamiento, siendo la proteína animal más asequible a todos los sectores económicos. Oficialmente, la producción sardinera en 1998 fue de 186.060 Tm; descendió a 145.000 en 1999 y osciló alrededor de las 150.000 entre 2000 y 2002. Pero son conocidas las deficiencias de las estadísticas pesqueras, en especial las de sardina, por lo que cualquier decisión sobre el manejo del recurso no tendrá  bases sólidas mientras se desconozcan las cifras de captura verdaderas. Así, en Nueva Esparta la pesca oficial de sardina arroja 49.809 Tm en el año 2000; 1.155 Tm en el 2001 y 31.112 Tm en el 2002.
Se reconocía que Nueva Esparta aportaba gran parte de la sardina para enlatar, pero no se conocían en detalle los volúmenes de pesca;  por lo cual entre 2003 y 2007, en los caladeros de pesca se recopilaron las cifras de los productores (dueños de artes) y fueron contrastadas con la información obtenida de los pescadores, quienes reciben pago según la captura. Así, la realidad fue muy diferente porque se verificó que las capturas verdaderas superaban ampliamente las cifras que las empresas de enlatados aportaban al gobierno. Se conoció entonces que en el 2003 se pescaron 98.951 Tm y 112.483 Tm en el 2004; en el 2005 fueron 44.772 Tm y se verificó que el 70 % de la sardina fue extraída en el sureste de Margarita, entre Pampatar y La Isleta. En el 2006 y 2007 se acentuó el decrecimiento de la pesca de sardina, capturándose alrededor de 6.000 Tm. La crisis sardinera iniciada en 2005 continuó los años siguientes y se mantiene incluso en 2014, siendo causa de la notoria disminución de la producción pesquera nacional en los últimos años.

Evolución de la captura de sardina en el tiempo
La captura de sardina con fines industriales comenzó en Margarita en 1934, en la llamada fábrica de Pardo, en el sector Bellavista de Porlamar. Por causa de limitaciones en los servicios de luz y agua, a finales de la década de 1950 se trasladaron a la ciudad de Cumaná, donde se establecieron otras empresas. La expansión de la industria se facilitó por la pesca en el Golfo de Cariaco, que hacía posible el transporte rápido del recurso a las fábricas. Desde los inicios de la explotación de la sardina se han presentado varias crisis que pasaron desapercibidas, por su poca duración y porque el volumen utilizado era poco significativo. Por ejemplo, hasta años recientes se mencionó que la industria utilizaba 45.000 Tm de sardina al año, por lo cual se deduce que había un excedente del recurso, el cual fue aprovechado por empresarios que vendieron sardina congelada a muchos países. Así, a comienzos del siglo se exportaron más de 60.000 Tm de sardina. También es cierto que especies de pequeños pelágicos como la anchoveta peruana y la sardina, son materia prima para la elaboración de harina de pescado, con precio internacional elevado por su utilización en la industria de alimentos concentrados.
Además, también debe tenerse en cuenta que en varios ciudades del país iniciaron actividades  pequeñas fábricas enlatadoras, por lo cual el auge sardinero fue patente hasta el 2005. Pero a mediados de ese año se inicia una crisis sardinera; simplemente se presenta una marcada fluctuación en las capturas, lo cual fue muy notorio porque la requerían por lo menos 25 plantas de proceso, las empresas congeladoras del producto, los pescadores y ocurría aumento en el consumo de sardina fresca.    

      Figura 1. Captura de sardina en el estado Nueva Esparta.

En una pesquería, una fluctuación son cambios irregulares de las capturas promedios y sin tendencia consistente, porque los ecosistemas son estructuras complicadas, siendo casi imposible identificar las causas de las fluctuaciones para calificarlas como abióticas, bióticas o humanas; por lo general estas variables se superponen.

Generalmente, para estudiar la dinámica de las poblaciones de peces los biólogos pesqueros consideran las poblaciones como uni-específicas y analizan acciones de otras especies, incluso el hombre y diferentes factores ambientales. Pero este procedimiento hace perder la noción de conjunto, es posible que estos análisis sean útiles para especies situadas al final de las redes alimenticias, como en atunes y merluzas, donde la remoción de individuos por pesca es un factor regulador notorio. Sin embargo, es importante preguntarse por qué en el océano mundial más del 70% de peces comerciales están sobre-explotados. La conclusión es obvia: los modelos uni-específicos han fracasado. Por lo cual, los ecólogos sugieren evitar este tipo de análisis y más bien considerar otros puntos de vista, partiendo de un ecosistema formado por unidades que interactúan. Luego, las propiedades comunes a todos se pueden aplicar a algunos en particular.
En relación a las fluctuaciones de las poblaciones de peces llamados “pequeños pelágicos”, el ejemplo más antiguo es la sardina (arenque) de Noruega a finales de 1800, cuando comenzó a estudiarse su abundancia  y desaparición. En esos años se aceptaba que se debía a migraciones en masa de las poblaciones de sardina, que cuando se acercaban a la costa eran años productivos, pero cuando se alejaban ocurría la crisis de la pesca. Pero científicos encabezados por Johan Hjort llegaron a una conclusión muy diferente: las fluctuaciones de la población se debían a oscilaciones en la abundancia de la población en su totalidad, comprobando que los años cuando había pocos pre-juveniles (reclutamiento pobre) se producían las crisis pesqueras y en cambio en los años con abundancia de juveniles (buenos reclutamientos) se obtenía una buena pesca, porque la población era abundante. Una clase anual numerosa de juveniles determinaba una gran abundancia y proporcionaba buenas capturas. El joven Hjort dedujo que la abundancia anual quedaba fijada en los primeros estados larvales de la sardina cuando habían consumido sus reservas internas (grasas y vitelo residuales del saco vitelino) y comenzaba a alimentarse externamente. Posteriormente se ha reconocido la misma causa en muchas otras especies de peces de importancia  comercial.
Es parcialmente el caso de la sardina en el oriente de Venezuela, porque mediante estudios continuados de la abundancia de huevos de sardina en el plancton, puede conocerse la posible abundancia de juveniles (reclutas) potenciales. Así, en la Figura 2 se muestra la abundancia de huevos de sardina en el este de Margarita durante los últimos 12 años. En los de pesca cuantiosa (2003 y 2004) fue ostensiblemente mayor la abundancia de huevos en los años precedentes, mientras que durante la crisis sardinera (2005 a 2013) fue significativamente menor la abundancia de huevos de sardina en el plancton, indicando de manera indirecta reclutamientos anuales pobres, es decir pocos juveniles.

Fig. 2. Representación (%) promedio anual de huevos de sardina en el plancton al este de Isla de Margarita (años 2002 a 2013).


Características del ecosistema al que pertenece la sardina
Son peces pelágicos presentes en aguas costeras y superficiales de la plataforma continental, en ambientes fértiles o enriquecidos periódicamente, lo que propicia la producción de plantas y animales microscópicos que flotan en el  agua (plancton) siendo su alimento.  Se encuentran en áreas como el nororiente de Venezuela, caracterizado por la surgencia de aguas; éste es un fenómeno hidrográfico que ocasionan los vientos intensos que soplan paralelos a la línea de costa, su acción desplaza mar afuera las aguas superficiales, las cuales son reemplazadas por aguas más profundas que ascienden (~100 m) y surgen o afloran en superficie. Las sardinas pertenecen a ecosistemas poco maduros en la llamada sucesión ecológica, en los que la red trófica o alimenticia es corta. Las sardinas no abundan en ecosistemas más estructurados (“maduros”) por ejemplo, en formaciones arrecifales como Los Roques. Las aguas de surgencia contienen altas concentraciones de nutrientes inorgánicos y son de temperatura “fría” (<25°C) que evitan el avance de la sucesión ecológica, por lo que el ecosistema permanece en condiciones de inmadurez. Las poblaciones de sardina están adaptadas a los cambios y en condiciones ambientales fluctuantes, predominan en número. En situaciones más estables (e.g. serie de años con menor fluctuación ambiental) se afectan especies ajustadas a vivir bajo condiciones cambiantes, como la sardina, pero se favorecen otras especies comunes en las aguas afuera. Las sardinas se alimentan filtrando el agua, por lo cual en la pirámide alimentaria hacen parte de los niveles tróficos inferiores. Los huevos de sardina se desarrollan en menos de 24 horas, las larvas nacen con ~3,7 mm de longitud y abren su boca a los 2-3 días; en su primer año de vida ocurre la primera reproducción o puesta, cuando tienen longitud < 17 cm.
Por su alimentación, su crecimiento, fecundidad, mortalidad y otras características, las sardinas están adaptadas para tener grandes fluctuaciones cuantitativas. Pero si el ambiente se hace más constante, se afectan las sardinas y se favorecen especies mejor adaptadas a ecosistemas más maduros o estables. Las fluctuaciones alternas entre sardinas y otras especies próximas (ejemplo, el “machuelo”) más que una competencia significan cambios en las condiciones ambientales.
En el este de Margarita, la información permanente sobre la ecología pelágico-costera obtenida por el Museo Marino de Margarita desde el año 2002, indica que la intensidad de la surgencia, la concentración de nutrientes, la producción planctónica, la cantidad de alimento para las sardinas presente en el agua, la abundancia de huevos de sardina en el plancton como medida indirecta de reclutamiento potencial y el aumento de la temperatura costera, son factores fundamentales de las fluctuaciones. Sin duda, la disminución de la población sardinera se relaciona con la debilidad en la intensidad de los vientos y posible mayor influencia de aguas cálidas presentes costa afuera, favoreciendo a los ecosistemas más maduros y menos productivos, lo cual se observa en la claridad de las aguas, que en los últimos años ha cambiado de color verde oscuro o azul profundo (aguas “cariteras”, según pescadores) hacia colores claros y aguas transparentes, comunes en otras partes del mar Caribe.
En síntesis, entre 2005 y 2013 ha declinado la productividad planctónica por debilidad de los vientos alisios que impulsan la surgencia de aguas, por lo cual el fenómeno hidrográfico ha sido débil, afectando la fertilidad acuática. Es una explicación válida de la disminución en abundancia de recursos pesqueros. La fertilidad de las aguas se puede determinar por la concentración de los nutrientes inorgánicos y por la biomasa de plantas microscópicas (fitoplancton) que ha disminuido notoriamente durante el periodo 2005-2012, en comparación con los años 2003-2004 cuando se determinaron las más altas concentraciones (Figura 3) y ocurrieron las mayores capturas de sardina (Figura 1).

Fig. 3. Variación anual de la biomasa de fitoplancton al este de Isla de Margarita (década 2003-2012).
La disminución de las capturas de sardina afecta la producción pesquera nacional que tuvo notorio decrecimiento entre 2005-2010 y en los últimos años no supera las 240.000 toneladas (Figura 4). Pero quizás en 2014 y 2015 ocurra cierta recuperación, porque los vientos en los primeros meses de 2014 han sido muy intensos y continuados a comienzos de agosto. Si la surgencia ha sido intensa, es posible que se recupere parcialmente la fertilidad acuática y se logren capturas abundantes de la pesca en general, como ocurre actualmente en la costa norte de la Península de Macanao hasta Isla Blanca y en alrededores del Archipiélago de Los Testigos.

Figura 4. Variación anual de la producción pesquera (toneladas) de Venezuela.


Por:
Alfredo Gómez Gaspar
Biólogo marino. Investigador de la Universidad de Oriente.
Directivo de la Fundación Museo del Mar.

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